Nuestra Parroquia

Aunque se desconoce a ciencia cierta la fecha de fundación de nuestra Parroquia, lo que si podemos asegurar que la misma ya existía antes de la dominación árabe, como lo atestigua la aparición de la Imagen de Nuestra Señora de Palomares en el año 1444.


En el año 1262, Urbano IV restauró en Cádiz la sede de Asido o Medina Sidonia, siendo nombrado su primer obispo, pero no pudiendo llevarlo a efecto hasta 1265, debido a la oposición del Arzobispado de Sevilla y su cabildo, en que se marcaron unos límites reducidos de la diócesis gaditana. El 28 de Marzo de 1344 Alfonso XI entraba en Algeciras. Para segurar la conquista y repoblación, solicitó de Clemente VI la creación de una concatedral, Cádiz-Algeciras, a lo accedió el pontífice el 30 de Abril de 1344.


El primer documento acreditativo de su existencia es una partida bautismal fechada el 3 de mayo de 1553, firmada por el párroco Juan de Giles.


En cuanto a las advocaciones que ha tenido a lo largo de los siglos no podemos citar ninguna hasta el año 1628, año en el cual, según los libros de visitas aparece como Parroquia de Nuestra Señora de Palomares.


En el año 1641 aparece por primera vez denominada como de la Purísima Concepción. Posteriormente, de 1648 – 1651 vuelve a llamarse de Santa María de Palomares. Ese mismo año, el señor visitador manda que la parroquia costease las luminarias y cohetes para celebrar las vísperas del día de la Inmaculada Concepción.


En cuanto a la construcción podemos decir, que los primeros datos que hemos localizado se encuentran fechados en 1717, año en el cual se inician unas obras por encontrarse en estado de ruina su capilla mayor, estas obras se prolongarían hasta 1735. Asimismo se construye su torre, que debía medir diez varas de altura.


Para Antonio Sancho Corbacho, autor de “Arquitectura Sevillana Barroca del siglo XVIII”, y apoyándose documentalmente en el lejago 492/I del Archivo del Arzobispado de Sevilla, la torre con chapitel responde a las condiciones dictadas por Diego Antonio Diaz, importante arquitecto sevillano que ejerce su mayor actividad en la primera mitad del siglo XVIII, mientras que la organización del entablamiento general del resto de la nave central, con triglifos, parece más bien de la época de Pedro Silva, maestro de obras de la Iglesia Catedral de Jerez de la Frontera.


Pocas noticias biográficas hay de este arquitecto, Pedro de Silva, que llegó a ser uno de los más destacados de su época. Ellas comienzan con su actuación como maestro mayor de obras del arzobispado de Sevilla en 1756, informando varias veces sobre reparos que se efectuaban en la parroquia de Santiago, de Alcalá de Guadaira (Sevilla). Posiblemente fuera hijo de Manuel de Silva, maestro mayor de obras, o de Andrés de Silva, maestro mayor de obras de albañilería. Fue elegido veedor de alarifes de albañilería el 11 de abril de 1757 y citado en las elecciones para dicho cargo en 1761 y 1763.


Sin embargo, hemos localizado otra fuente documental que cita textualmente: “También trabajó Andrés de Silva en tierras de la provincia de Cádiz. Junto a Francisco Díaz Pinto, lo encontramos en 1728, en Trebujena, en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Concepción. Al frente de las obras está el maestro mayor de obras del Arzobispado Diego A. Diaz. La intervención afectó a la capilla mayor, además de la construcción de una nueva sacristía. Esta se ubicaba en el lado de la epístola (lado derecha de la iglesia, mirando de frente al altar mayor), era de planta rectangular, tenía acceso desde el presbiterio mediante un tránsito iluminado con claraboya y puerta de peinazos, y hacia al exterior con un postigo. El suelo debía ser de ladrillo raspado y revocado. Además era necesario concluir la torre, elevándola dos metros y medio sobre los seis que ya tenía. El cuerpo de campanas de cinco metros lo marcaría cuatro pilastras dóricas con remates vidriados de azulejos con cruz y arpón de hierro. También sería necesario hacer de nuevo la escalera que da acceso al campanario, con solería de ladrillo de canto.”


Durante esta intervención arquitectónica, el servicio de la Parroquia se trasladó a la ermita de la Vera-Cruz.


En el año 1755 tenía figura de martillo, su latitud en la misma y la anchura era la de la nave mayor o central. Pero dicho año, y como consecuencia del terremoto de Lisboa, se desprendió toda la armadura y se quebrantaron las claves de los arcos torales, teniendo que reconstruirse nuevamente, costando dichas obras 12.000 reales. Salvándose únicamente de la anterior construcción la Puerta del Perdón, fechada en 1624, como consta en la misma construcción, que fue realizada por el maestro cantero Cristóbal Martínez, vecino de Sanlúcar de Barrameda por un importe de 5500 reales.


Posteriormente, en el año 1797, por el mes de septiembre, se derriba de nuevo por encontrarse en ruinas y se hizo toda nueva a excepción del presbiterio, dándole la forma de tres naves que tiene actualmente. Estas obras se concluyeron el 29 de Septiembre de 1806.


A mediados del siglo pasado se realiza de nuevo obras en el templo y se derriba el tejado a dos aguas que tenía y se construye el que podemos observar hoy día sobre la nave central de la misma, así mismo, y como podemos observar en la fotografía, se derriba el crucero y se realiza la actual bóveda de media naranja con linterna.

 

Todos los datos han sido extraídos de:

Guía de Trebujena, publicada en la web del Excmo. Ayuntamiento de Trebujena. Francisco José Cabral Jiménez.

Noticas sobre Andrés de Silva, Maestro Alarife. Josefa Mata Torres.

Hemeroteca Digital ABC Sevilla.

Legajos Arzobispado de Sevilla.

Arquitectura Sevillana Barroca del Siglo XVIII. Antonio Sancho Corbacho.

Historia de la Iglesia en España e Hispanoamérica. José Sanchez Herrero.