Aunque son escasos los datos que se conocen de este insigne imaginero, a continuación vamos realizar una breve semblanza del mismo. En algunos artículos hemos podido observar, que se identifica con Gaspar Giner, identificación errónea, ya que éste último, fue un maestro escultor que se ubicó a mediados del siglo XVI en la zona del levante español, más concretamente en Valencia, lugar en el cual, se identifican varias obras suyas, tales como un cristo yacente.
Gaspar Ginés, se ubica en el círculo de Jacinto Pimentel, Martín de Andújar, Luís Ortiz de Vargas, Alonso Álvarez de Albarrán “El Mozo”, Juan Martínez Montañés, etc… Se encuadra en el clima realista, realizando sus obras en la primera mitad del siglo XVII.
También son conocidos sus trabajos para la iglesia de la Victoria de Sanlúcar de Barrameda, para la cual realiza:
En 1633, D. Cristóbal Méndez, 4º visitador de la Iglesia de Trebujena, encarga al escultor Gaspar Ginés, en su taller emplazado en la calle Colcheros (hoy Tetuán) de Sevilla la realización de un crucificado. Esta imagen fue traída desde la capital hispalense por vía fluvial, y desde el embarcadero ubicado en el río, hasta nuestra parroquia en procesión. Dicho taller fue arrendado a la muerte de Juan de Mesa, a su viuda, María de Flores, por Luís Ortiz de Vargas y Gaspar Ginés, vendiéndoles también algunos útiles y herramientas que había en el taller, con las que horadaba la madera, asimismo, estos escultores reciben una serie de dibujos realizados por el maestro. El resto de utensilios, curiosamente los principales, Juan de Mesa en su testamento dispone, que pasaran a ser propiedad de su cuñado Antonio de Santa Cruz.
En el año de 1635, Jacinto Navarro, a título de Mayordomo de las Benditas Ánimas del Purgatorio, sita en el templo del Salvador, concertó una nueva imagen titular, según consta ante el escribano público Juan Vázquez de Santa Cruz el día 26 de Marzo de 1635. En dicho concierto, se dice que Gaspar Ginés, maestro escultor, recibía entonces novecientos reales de por la hechura de un Santo Cristo con la Cruz a cuestas, Nuestro Padre Jesús de los Afligidos (Vulgo de “ánimas”). El encarnado del mismo, corrió a cargo de Vicente Perea, por lo que llegó a cobrar la suma de 250 reales.
En 1638 Bernardo de Cabrera realiza la sillería del coro de la Colegiata de Santa María de las Nieves de Olivares, pero el relieve de la silla del Abad de dicho coro, que representa un Nacimiento, es realizado por el sevillano Gaspar Ginés.
Para la Iglesia de Santa Catalina de Higuera la Real, en la provincia extremeña de Badajoz, realiza el retablo mayor conjuntamente con Simón Cosme. El retablo es de fábrica barroca, con entalladuras de gusto clasicista, policromadas. La obra, de buena pieza, se desarrolla formando dos pisos sobre banco, cinco calles y ático, ordenación típica de los retablos sevillanos del segundo tercio del siglo XVII.
Asimismo aparece como testigo, junto a Diego de Ocampo, ensamblador, en el contrato de aprendizaje de Felipe de Ribas.
En el año 1640 emigró a Lima, donde trabajó con frecuencia para los jesuitas, precisamente para este templo limeño hay noticias de que hizo numerosas tallas.
Como curiosidad, podemos citar que realizó además: dos culebras, dos leones, seis bichas, las armas reales y la figura del Santo Rey que coronaba la popa de un navío construido en los reales alcázares de Sevilla. La nave, llamada “El Santo Rey don Fernando”, podían considerarse obras primorosas de juguete. Las banderas fueron pintadas por Francisco Zurbarán y Alonso de Llera. Las pruebas de estabilidad y marcha de dicha nave fueron realizadas en aguas del Guadalquivir.
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